Una escapadita por Gran Canaria (Noémi Csuka)
Una
experiencia por la cual todos deberíamos pasar – una vez en la vida por lo
menos – es el sentir que todo el mundo está condensado en una isla pequeña.
Echando un vistazo al mapa aéreo de las Islas Canarias, podemos ver una mancha
redonda y aparentemente humilde entre los trozos de tierra en este segmento del
Océano Atlántico. Al parecer, la isla de Gran Canaria no tiene gran significado
ni por su valor social ni por el natural. Después del primer vistazo a los
prospectos turísticos, sacamos la conclusión de que toda la isla es un paraíso
de arena dorada y palmas con agua de azul turquí alrededor – una imagen típica
de las islas del Caribe también. Sin embargo, hay que penetrar más hacia el
centro de la isla – una tarea que resulta mucho menos fácil de que pensemos –, pero
lo que podemos ver allí merece la pena.
Básicamente todas las partes de Gran Canaria se
distiguen a base de los cuatro puntos cardinales. Al sur, nos sale al encuentro
la imagen codiciada de un constante mar de flores, arena dorada y unas costas
paradisíacas. Si no fuera bastante la cantidad de arena caliente para nosotros,
podemos visitar la parte más sudoccidental que está cubierta por unas dunas de
arena gigantes formadas por el viento de la Sáhara. Aquí se puede perderse de
verdad entre las dunas, sentiendo que la serie de cumbres nunca terminará.
Paseando por este territorio, tenemos la impresión como si la siguiente duna delante
de nosotros fuera la última para encumbrar, mientras que hay por lo menos tres
más detrás de ella. (En una situación como esta es muy tranquilizador saber que
no estamos en la Sáhara misma y que sí que existe un final de la infinita serie
de dunas deslumbrantes por los rayos excesivos del sol.)
En cambio, si pasamos al norte, nos encontramos
con montañas cubiertas en las nubes, y el aire es mucho más húmedo. La
vegetación es bastante densa, comparándola con la de la región meridional de la
isla. Existen montañas grandiosas desnudas que hasta podrían aparecer en una
película de extraterrestres como pirámides ancestrales. Por otra parte, las
laderas de las montañas menos altas están cubiertas en una tela vegetal de varios
matices del verde. No obstante, la planta más saliente es el plátano por lo
cual el hombre siente como si estuviera en una isla caribeña en vez de una isla
española cerca a Europa (aunque las Islas Canarias están más cerca del
continente africano que del europeo).
A la parte occidental de Gran Canaria está la
única “llanura” significante de la isla, encerrada por una fila de colinas
suaves con las montañas del centro de la isla en el fondo. Esta colinas
encierran varias fuentes que generalmente se secan por el calor del verano pero
también pueden sobrevivir como arroyuelos cortos y casi invisibles en el bosque
de hierbas altas. Los arroyos corren entre rocas desnudas y finalmente reúnen
en pequeños pozos, los que serán absorbidos por las plantas sedientas por el
calor constante del sol. Lamentablemente por aquí pasa la única carretera de la
isla, destruyendo una raya enorme de la vegetación intacta. (Aunque casi todas
las partes de Gran Canaria son habitadas, siempre podemos encontrar grandes
trozos del territorio que son – o por lo menos parecen ser – vírgenes.)
Finalmente, al arribar a la parte oriental de la
isla, tenemos que pasar por montañas casi desnudas, excavadas por el filo del viento
peculiar, que constantemente viene desde el noroeste. Estas montañas están
cubiertas generalmente por las plantas más famosas de las islas: los pinos
canarios. Es posible también ver unos pinos aromáticos exactamente al lado de palmas
delgadas, lo que nos da una sensación bastante exótica. En las valles, predominan
los arbustos semi-desecados con pequeñas flores típicas de los prados. Los
cactos también tienen una vida bastante floreciente entre varios tipos de hierbas,
que atan la tierra polvorienta a las rocas mudadas de colores diferentes. (Si
el viento puede penetrar estas valles, se puede observar también cómo toda la
superficie se convierte en una duplicación de las tierras secas y arriscadas de
las películas del oeste hasta con arbustos arrancados por el viento en las
rutas – una escena de mal agüero que solamente carece de los dos vaqueros preparados
para tirar.)
Todo bien
considerado, la isla de Gran Canaria es un lugar que encierra varias regiones
del mundo en sí desde los desiertos secos hasta los bosques verdes de aire
húmedo, todo esto siendo junto al océano que es el último factor, la corona para
la imagen de la isla con su extensión majestuosa de belleza incomparable.
(Las fotos son mías
de una vacación familiar en 2010. Por suerte, voy a ir de nuevo a Gran Canaria el verano de 2015 con mi familia... simplemente no podemos llenarnos del carácter inimitable de esta isla.)
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