domingo, 11 de mayo de 2014

Una imagen vale más que mil palabras

Uno de los acontecimientos actuales es la Eurovisión 2014 celebrada en Copenhague. El ganador de la competición famosa de las canciones (Conchita Wurst)es, sin duda, una figura polémica que debido a su identidad ambigua, se convirtió en el protagonista del Festival memorable.

Por la primera vista, esta foto me ha assombrado mucho debido a su aspecto absurdo. Sin embargo, al empezar a cantar, cerrando mis ojos, comencé a valorarlo positívamente.


La pregunta que se plantea ante nosotros es muy delicada: Un festival cuyo objetivo es fomentar la multiculturalidad y el internacionalismo, acentuando la identidad nacional, ¿en qué sentido tiene la carga de formar la imagen ideal de Europa? La Eurovisión es una de las plataformas de establecer la coherencia entre los países europeos y de demostrar la unión política.  

Sobre todo, una de las tendencias de moda, el liberalismo político, social, y personal es que se manifiesta en esta foto.  Este evento cultural, sin ningún cargo político, con su decisión, mostró la tolerancia absoluta de la Alteridad.

De todos modos, el concurso de las composiciones musicales, a pesar de que haya evitado transmitir el mensaje político y social, (pues el ganador merecía el triunfo gracias a su talento innato), comparte la opinión del público por causa de las preguntas surgidas.

Réka Dorcsák

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